Una gran cantidad de bacterias que habitan en depósitos sedimentarios marinos tienen la capacidad de aislar moléculas que pueden estimular el crecimiento de las nubes, así como también enfriar el clima.
Cualquiera que haya estado en el mar al menos una vez nunca olvidará su increíble y único olor. Su aparición fue posible debido a la presencia en el agua de un elemento tan significativo como el dimetil sulfhidruro (VMS), que es el resultado del metabolismo de los habitantes acuáticos. La formación de las moléculas de este elemento está directamente relacionada con la descomposición del sulfonopropionato de dimetilo, lo que resulta en la reacción de la vida marina al nivel de presión osmótica. Como resultado de esto, aparece un leve olor a agua de mar, lo que ayuda a atraer representantes del mundo animal al plancton.
Una sorprendente capacidad del sulfuro de dimetilo es su capacidad de oxidarse durante el contacto con el aire. Como resultado, se forman moléculas que, al interactuar con las olas y el viento, pasan a un aerosol. Las partículas microscópicas de las moléculas son el centro de condensación, que contribuyen al proceso de formación de nubes y baja temperatura atmosférica.
Los científicos confían en que las personas no aprecian completamente la influencia de estas moléculas en la formación del clima del planeta.Escribieron sobre esto en detalle en un artículo de una famosa publicación francesa. Este proceso describe la formación de sulfuro de dimetilo solo de fabricantes como las algas planctónicas. Son capaces de producir hasta 6, 6 mil millones de toneladas de tales moléculas únicas durante todo el año.
También hay información de que las bacterias que viven en rocas sedimentarias pueden ser el fabricante de tales moléculas. Según los resultados de los estudios realizados por científicos, se descubrió que en las rocas sedimentarias tales moléculas son miles de veces más grandes que en el agua del mar o del océano.
Los biólogos están convencidos de que cada gramo de roca sedimentaria puede contener hasta mil millones de bacterias con la capacidad de sintetizar sulfuro de dimetilo. Esto puede significar que la posibilidad de síntesis de moléculas se subestima mil veces, y con ello la posibilidad de su influencia en la formación del clima de la Tierra.