Desde la infancia, cada uno de nosotros sabe: si gira alrededor de su eje, entonces nuestra cabeza comenzará a sentirse mareada. Y si hace esto durante mucho tiempo, entonces, en general, puede perder la orientación en el espacio por un tiempo.
¿Qué "gira" el mundo que nos rodea?
Para comprender por qué ocurre tal efecto, debe considerar las características de nuestro sistema vestibular. Un órgano especial en el oído interno ayuda al cuerpo a mantenerse erguido. Está equipado con células nerviosas sensibles que determinan las velocidades y direcciones en las que se mueve la cabeza.
Estos "sensores" están conectados con el movimiento de los ojos, con la percepción de la ubicación del cuerpo y sus movimientos en el espacio. Por ejemplo, si una persona gira la cabeza hacia la derecha, y sus ojos apuntan a un objeto ubicado en el curso, entonces sus ojos se moverán espontáneamente hacia la izquierda a la misma velocidad. Esta reacción automática ayuda a una persona a mantener una visión enfocada en el tema.
La rotación alrededor de su eje es un caso más complicado que girar la cabeza. Con la rotación, los ojos también comienzan a moverse automáticamente en la dirección opuesta. Sin embargo, su ángulo de rotación es pequeño y alcanzan rápidamente el límite. Y la cabeza hace revoluciones completas, todos los 360 grados.
Como resultado, los ojos una y otra vez "rebotan" hacia atrás, volviendo a su posición original. El mecanismo nervioso del aparato vestibular funciona en un modo autosuficiente y hace que continúen haciéndolo automáticamente. Tales movimientos oscilatorios de alta frecuencia, repetidos una y otra vez, causan un estado de nistagmo.Como resultado, el cerebro comienza a percibir el cuerpo como un objeto estacionario, y el mundo circundante, como girando a su alrededor.
¿Por qué, entonces, no caen bailarinas y patinadores?
Si el nistagmo es una condición automática y autosostenible, ¿cómo lo enfrentan los patinadores y las bailarinas? La respuesta es simple: simplemente se acostumbran durante los entrenamientos repetidos.
Además, se utiliza la técnica de "mantener el punto". Al realizar rotaciones alrededor de su eje, los atletas y bailarines minimizan la rotación de la cabeza: hasta el último momento en que la mantienen en su lugar, y solo al final de la rotación del cuerpo la giran rápidamente después del cuerpo. Esto limita en gran medida el efecto del mareo. Sin embargo, y a veces pierden el equilibrio después de la rotación. Pero las habilidades desarrolladas en el entrenamiento, las llevan rápidamente a la normalidad.